miércoles, 13 de marzo de 2013

Cine


Mis veinte películas preferidas:

1.- Persona (Dir: I. Bergman)
2.- El hombre elefante (Dir: D. Lynch)
3.- Blade Runner (Dir: R.Scott)
4.- La naranja mecánica (Dir: S. Kubrick)
5.- Qué bello es vivir (Dir: F. Kapra)
6.- El apartamento (Dir: B. Wilder)
7.- El secreto de vivir (Dir: F. Kapra)
8.- Rebecca (Dir: A. Hitchcock)
9.- La ventana indiscreta (Dir: A. Hitchcock)
10.- Taxi Driver (Dir: M. Scorsese)
11.- Noches blancas (Dir: L. Visconti)
12.- Trilogía El Padrino (Dir: F. Copola)
13.- Network, un mundo implacable (Dir: S. Lumet)
14.- El resplandor (Dir: S. Kubrick)
15.- Una noche en la ópera (Dir: S.Wood)
16.- Pulp Fiction (Dir: Q. Tarantino)
17.- Atrapado en el tiempo (Dir: H. Ramis)
18.- Pi, fe en el caos (Dir: A. Aronofsky)
19.- El séptimo sello (Dir: I. Bergman)
20.- Vivir (Dir. A. Kurosawa)


lunes, 11 de marzo de 2013

Dudas cartesianas


René deseaba escapar de la estancia, salir de una vez de entre aquellas cuatro paredes. La habitación era pequeña, minúscula en comparación a las habitaciones en que él estaba acostumbrado a morar. Unas sábanas mugrientas cubrían el colchón, tan raído, que resultaba penoso  imaginar meramente tener que dormir ahí. Se respiraba un olor nauseabundo, la suciedad alcanzaba a todos los rincones. El sitio era inmundo, indecente, nada  habría valido la pena salvar de haber acontecido un inesperado cataclismo.

René no recordaba como había llegado a tan cochambroso lugar, la grasa se escurría por las paredes, ¿cuánto tiempo haría que nadie limpiaba en la habitación? años probablemente, el aire era infecto, de tal manera que respirar resultaba una experiencia cercana a la agonía... El suelo, mullido por los restos de comida, envoltorios, líquidos desparramados y  colillas de cigarros, era lo más asqueroso de todo, al pisar parecía  que caminases por un vertedero, o peor aun, porque un vertedero al menos responde a su naturaleza funcional, lo cual, indiscutiblemente,  suaviza la indecencia a la que está expuesto. En la estancia era distinto, pensar que uno tenía que permanecer ahí, habitar ese lugar como otros habitan su casa, convertía aquel espacio en una especie de sala del olvido relegada a la mera acumulación de residuos malolientes...

Las cucarachas salían de todos sitios, con tan solo dar un paso escapaban despavoridas, incluso por las paredes caminaban algunas... ¿Por qué no había ninguna puerta?, ¿por qué no era posible escapar? René no comprendía nada, él siempre había sido una persona limpia, alguien, incluso, especialmente preocupado por la higiene... ¿Un castigo?, ¿de quién?

Al tercer día, René quiso rememorar, hallar la verdad, descubrir a través de su entendimiento qué era lo que estaba sucediendo ahí. Empezó a descartar absurdas hipótesis, como por ejemplo que estuviera preso en una cárcel: él siempre se había considerado a sí mismo una buena persona, alguien que procuraba por los demás y a quien la más trivial de las desgracias, tanto propia como ajena, le conmovía al punto de perturbar severamente su sosiego espiritual. ¡La locura!, tal vez se hubiese vuelto loco y nada de lo que le parecía vivir lo estuviese viviendo en realidad, pero eso tampoco le resultaba demasiado plausible, René siempre había sido una persona sensata, cuerda, es decir, en sus plenos cabales, ¿a santo de qué la locura le habría estocado a él? Ninguna explicación satisfacía su intento por hallar la verdad... Tras varios días, cabe decirlo, sin comer y solamente bebiendo los restos de agua que quedaban en algunos de los envases esparcidos por el suelo de la habitación, concluyó que nada era capaz de explicar aquello, que no era posible a través de su ingenio racionalizar lo que estaba por encima de la razón...  Se quedó solo, desnudo, con la única certeza de su existencia... Él era capaz de sentir, eso sí, pero no  podía afirmar nada más, si quiera, que el olor que él percibía, fuera un olor real... ¿Y si soñaba?, ¿y si la vida aun no había comenzado?

jueves, 7 de marzo de 2013

Sobre la no presentación


Tras tres días de la creación de mi blog y dos textos publicados en él, aquel y yo hemos decidido, por unanimidad, no presentarnos. Tal vez, el último día, y si el mismo tiene lugar, claro, lleguemos a decir algo al respecto. 

¡Sublévate!


Sublévate... olvídate hoy de que las cosas son como son, eso, sin duda, te aletarga. Es verdad, ayer todo giraba alrededor de las normas, de la ley humana y de la ley natural, pero, exactamente ¿qué significa eso? Significa que ayer todavía creías en absurdas costumbres e infundadas supersticiones, en extrañas bagatelas de orígenes ancestrales, ¿eres tan ínfima materia?, ¿un mero recipiente donde depositar incongruencias? Espero que respondas "No" de manera rotunda, pero sepas que no me bastará, la palabra, y sirva de excepción, no será suficiente esta vez.  

Os explicaré lo que, en mi opinión, han hecho con nosotros. Nos han aniquilado, han modelado nuestras mentes hasta lograr el efecto deseado: la domesticación del hombre. Hay que alzarse contra los que pretenden convencernos. Las convicciones nacen de los ideales, no de la dramaturgia. No seamos irracionales, el poder es fruto de una debilidad, tal vez, la más primitiva del ser humano: el miedo. Para hacer frente al miedo, hay que desnudarse ante él, mostrarse uno tal y como es, sin velos usados ni antiguos ropajes que atavíen la auténtica naturaleza humana... Después vendrá el pudor, claro, nos hallaremos solos, sin nada a lo que aferrarnos, el vértigo nos hará retroceder, pero seguiremos, continuaremos con la afrenta porque ya es lo último que nos quedará. ¡Atacar! ¡Desarropar a nuestras neuronas de tanta bobería y de tanta insensatez!

Nos controlan, y además con vileza. Perforan nuestro subconsciente y luego afirman que somos nosotros los que escogemos. Nos hacen venerar a su amada democracia, sí, ¿recordáis? ¡a permanecer cómodamente arrellanados en el sillón de casa durante cuatro años mientras unos tejen y otros  manejen!

Deberíamos dejar todos de pagar nuestras hipotecas, ¡todos!, ¿nos meterían en la cárcel? ¡si somos más de dos millones! Así aprenderían que con el pueblo no se juega, que al fin hemos despertado y que pronto  terminará la locura. El país zozobra, es cierto, pero nos importa una mierda el país. Somos personas, la carne es la que pisa la tierra, la que sufre, la que padece, la que tiembla cuando algún descerebrado decide recortar en sanidad... A la mierda también las fronteras... Todo son ilusiones, apariencias cuyo único fin es el control, la vigilancia perpetúa sobre nuestros actos... Abolamos la mentira, arrojemos al abismo la decadencia que nos envuelve y nos sucumbe cada día más en el pantano de la indiferencia.

A los medios de comunicación: ¡que os den! A los políticos: ¡que os den! A los corruptos: ¡que os den!...

Haz algo. Cuando acabes de leer esto, haz algo, por favor, lo que sea, pero no te quedes impasible, no permitas que las letras que terminas de leer ahora, plácidas, se aduerman en tu todavía desmembrada cabeza... Grita al menos, demuéstrate a ti mismo que has sentido el cambio... ¿o acaso quieres ser siempre el triste esclavo de una espina que no te ama?